Cuando pensamos en parkour, lo primero que viene a la cabeza es gente saltando muros, corriendo entre obstáculos o haciendo acrobacias. Y sí, eso también es parte. Pero hay algo más profundo que muchas personas descubren cuando lo practican: el impacto positivo que tiene en su salud mental.
Libera el estrés como pocas actividades
Moverte de forma libre, creativa y sin presión te ayuda a soltar tensiones acumuladas. Cada salto, cada rodada, cada desafío superado te desconecta de lo negativo y te vuelve a conectar contigo mismo.
Es una forma de meditación en movimiento
Estás 100% presente, enfocado en lo que estás haciendo, sin pensar en los pendientes, el trabajo o lo que pasó en el día.
Aumenta tu confianza y autoestima
En parkour no se trata de competir ni de impresionar a nadie. Se trata de enfrentar retos, por pequeños que sean, y superarlos. Cuando lo logras, sientes una satisfacción real, porque lo hiciste tú, con tu cuerpo, a tu ritmo.
Mejora tu relación con el miedo
El parkour no te enseña a “no tener miedo”, sino a entenderlo y enfrentarlo con inteligencia. Si un movimiento te da nervios, no lo haces a lo loco: lo practicas, lo analizas, te preparas. Y cuando lo logras, te das cuenta de que el miedo no te controla.
Te da una comunidad que te apoya
Entrenar parkour también significa formar parte de una comunidad que te anima, te motiva y celebra contigo. Aquí nadie se burla, nadie te juzga. Todos están en su propio proceso, y eso crea un ambiente positivo, sano y sin presiones.